jueves, 2 de junio de 2011
LOS INVIDS: PRIMERA PARTE
Del fanzine EL LEGADO DE ZOR Nº 11 de Octubre de 2003, páginas 3 & 4
JAVIER VACA y DANILO CASTELLI
El Edén
Los Invids son una raza inteligente oriunda del planeta Optera, el quinto planeta del sistema Solar de Tzuptum, en un confín de nuestra galaxia. El planeta Optera es una versión del paraíso. Un planeta con vasta vegetación, pero pocas especies animales. Los Invids eran criaturas parecidas a los moluscos terrestres con un tamaño mediano si lo comparamos con el ser humano. Estas criaturas no tenían miembros (exceptuando sus dos antenas), eran asexuales, y parecidos a caracoles pero sin caparazón. Poseían una estructura social simil a una colmena. Vivían en las profundidades de los bosques, donde los rayos del sol eran atenuados por las frondosas copas de los árboles.
Sus viviendas eran construcciones esféricas aglomeradas y con una sola entrada, como pequeños iglúes o versiones gigantes de los nidos de horneros (pájaro argentino que construye su nido con barro en forma de horno).
Su actividad diaria consistía en la recolección de frutos y flores de la
peculiar vida vegetal del planeta. Tenían una simbiosis no sólo física sino espiritual con una planta particular que tenía flores y frutos. Los Invids ingerían los pétalos de la Flor y los frutos de la cosecha madura y a menudo sorbían la savia de los árboles, pero también intervenían en una especie de polinización, perpetuando con su actividad la reproducción de esa especie vegetal. La ingestión de los frutos de la Flor tenía fuertes efectos psicoactivos. Por eso los Invids, a pesar de su estado primitivo pre-tecnológico, se comunicaban mediante la telepatía.
En la cúspide de esa estructura social antes mencionada se encontraba una pareja central de Invids. No como un macho y una hembra dominantes sino como un rey padre y una reina madre. Este par, además de tener un tamaño varias veces superior al de sus hijos, tenía la capacidad de alterar sus físicos para favorecer su condición. Eran el Regente y la Regis. El Sol y la Luna de la raza Invid.
La contaminación de Zor
Cuando Zor llega con los demás científicos tirolianos en la nave Aztraph (El Viajero), es el más interesado en estudiar esta raza y a la misteriosa especie vegetal con la cual los Invid mantenían una estrecha comunión. Mientras los demás científicos se concentraban en tomar muestras de las Flores y del suelo nativo, Zor intentaba comunicarse con los Invids.
Una noche antes de partir del planeta, Zor se despierta como sonámbulo en medio de su sueño, y camina hasta el bosque donde estaban las viviendas Invid. En una de ellas, la más grande, se encontraba la Regis, que era la que lo había llamado telepáticamente y había adaptado su físico a una contextura humanoide y femenina. La misma podía comunicarse con él perfectamente, fue la primera comunicación de los Invid con un ser alienígena. Con el agregado de que la Regis confunde a Zor con la divinidad creadora de su raza. Éste le sigue el juego y ambos, en una especie de ritual sobrenatural, intercambian conocimientos telepáticamente. Mientras Zor recibe en su mente los secretos de la "Flor de la Vida" (tal es el nombre que la Reina Invid le dio), la Regis se nutre de la cultura y la ciencia tirolianas.
Luego de ese suceso, Zor retorna a Tirol con un conocimiento en su mente que cambiaría la historia de varios mundos de la galaxia.
Este acontecimiento también cambiaría a la sociedad Invid, que incorporaría parte de los conceptos culturales que Zor trajo en su mente. Pero el verdadero antes y después de la sociedad Invid sería determinado por la defoliación de su planeta y el genocidio cometido por los Zentraedi, al mando de los Ancianos Robotech y un compungido Zor.
La raza Invid cambiaría drásticamente...
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